Creativos de la agencia publicitaria sudafricana M&C Saatchi Abel acaban de diseñar un original bazar de moda para los “sin techo” de Ciudad del Cabo. Haciendo uso de un material tan humilde como el cartón, la calle se convierte por un día en un escaparate solidario donde acuden al encuentro donantes de ropa y personas necesitadas. El principal objetivo, dignificar a los que menos tienen, dándoles la posibilidad de elegir lo que quieran. El éxito ha sido inmediato y mira más allá de las fronteras del país africano.
The Street Store, M&C Saatchi Abel, 2014.
El concepto es tan sencillo como colocar en una fachada un grupo de cartones (en concreto, son series de cinco posters) que hacen las veces de percha, y en el suelo cajas también de cartón como improvisados zapateros. Los transeúntes interesados donan su ropa colgándola directamente o dejando su calzado. Los “sin techo” pueden entonces acudir y elegir qué prenda les gusta y si es de su talla. Si es así, se la llevan gratis. Los miembros de The Street Store ayudan como voluntarios y aconsejan tanto a los donantes como a los adquirientes.
El proyecto nació hace escasamente un mes en una urbe socialmente tan compleja y desigual como es Ciudad del Cabo (Sudáfrica), en la que los “sin techo” se han convertido desgraciadamente en una realidad cada vez más mayoritaria. La iniciativa ha partido de Kayli Levitan y Maximilian Pazak, creativos de la agencia de publicidad M&C Saatchi Abel. El área en la que están ubicados es el epicentro de la moda, pero también sufre el acuciante problema de los “sin techo”, ofreciendo un abigarrado paisaje con dos caras, tan característico de muchas ciudades africanas.
“Nosotros hemos querido tender un puente entre los que tienen y los que no tienen, haciendo más fácil donar y más digno recibir. El espacio para ello estaba justo enfrente de nosotros: la calle”, dice Kaily a Experimenta. Fue así como se pusieron manos a la obra, diseñando los cartones y trasladándolos a la vía pública. La respuesta fue muy generosa y la alegría mostrada por los “sin techo” contagió a muchos viandantes que se ofrecían como voluntarios.
Kaily quiere subrayar el valor añadido del proyecto: “Damos por hecho que cualquiera puede entrar en una tienda y probarse una prenda. Si no le gusta, puede decir no. Los “sin techo” no tienen esa opción. Nosotros queremos dársela, que se lleven lo que les guste y con lo que se sientan felices”.
Este primer éxito les ha catapultado a exportar su idea más allá de sus fronteras, siendo conscientes de que la pobreza es un mal internacional. Para ello, van a poner en Internet su trabajo y una guía how to a disposición de cualquiera que quiera cambiar a mejor su comunidad. Esta “franquicia” solidaria puede funcionar en cualquier lugar del mundo donde haya gente necesitada, creando un “día de generosidad”, en el que también se brinda la oportunidad de relacionar a personas que en condiciones normales no se hubieran conocido.
“Sabemos que no podemos cambiar el mundo. Pero si las personas de todo el mundo ayudan, juntos podemos crear una gran diferencia”. Así es Street Store, una corriente que no ha hecho nada más que empezar.