Seguridad, ahorro y buen diseño
Entre otras novedades, esta semana Apple ha presentado al mundo, Apple Card, su nueva tarjeta de crédito digital y física. Este nuevo paso del gigante tecnológico en el mundo de las finanzas lo ha dado de la mano de MasterCard y el banco de inversión Goldman Sachs.
Aunque existen servicios parecidos (o mejores según algunos expertos), que cubren por separado las necesidades de un consumidor medio, lo cierto es que la compañía de Cupertino ha conseguido reunirlos en una sola aplicación y mejorarlos, valiéndose en parte, del poderoso ecosistema Apple. Por ejemplo, si observas un gasto que no recuerdas, solo pinchando en él, Mapas te mostrará el lugar exacto donde se registró la transacción. O que finalmente podrás olvidarte “voluntariamente” del tedioso PIN, porque ha sido reemplazado por el Touch ID.
La categorización de los gastos es otro punto fuerte. Las compras van agrupándose hasta ofrecer al usuario un visionado claro de cómo y en qué gasta su dinero a través de unos gráficos exquisitos. “Todo lo que compras obtiene una categoría y un color. Esos mismos colores aparecen en tus resúmenes de gastos periódicos. ¿Ves mucho naranja? Eso es comida y bebidas. ¿Rosado? Eso es entretenimiento. Parece un fin de semana divertido”, comentan los responsables del proyecto.
La tarjeta física por supuesto, no desentona, totalmente blanca, sin números, ni datos, más que el nombre del usuarios grabado en titanio. Un elemento que, a juzgar por la dirección que está tomando el dinero, al menos su formato, podemos sospechar que está en vía de desaparecer. En este sentido, el mensaje de Apple es claro, los usuarios que realicen transacciones con la tarjeta física, obtendrán un 1% de reembolso en todas las compras, mientras que sí lo hacen con la digital, un 2% (y un 3% si se trata de productos o servicios Apple).
En principio este nuevo servicio de Apple, que no tiene tasas anuales, internacionales o cuotas por salirte de tu límite, estará disponible a partir de este verano solo en Estados Unidos, el resto del mundo tendrá que esperar un poco más.