Massoud Hassani, crecer en Kabul
Tras la presentación del dispositivo antiminas Mine Kafon, los hermanos Massoud y Mahmud Hassani redoblaron la apuesta y sorprendieron con la presentación de Mine Kafon Drone, un dron diseñado con el mismo objetivo que su antecesor, pero técnicamente más evolucionado. Crecer en Kabul, jugando entre campos minados, fue una experiencia determinante en la vida del diseñador afgano Massoud Hassani y que se convirtió en fuente de inspiración para la creación de estos dispositivos capaces de detonar minas y evitar muertes.
La guerra como inspiración
Desde 1978, violentas e interminables guerras azotaron Afganistán teniendo un impacto devastador en la economía y la vida de civiles inocentes, como la familia de Massoud y Mahmud, quienes sufrieron la muerte de su padre durante una batalla en Kabul a principios de los años noventa. Después de la trágica pérdida, la familia Hassani emigró a Europa en busca de una mejor vida y debió cambiar de casa más de 40 veces para finalmente refugiarse en Holanda.
De Afganistán a la Academia de Diseño Eindhoven
Las memorias de aquella dolorosa infancia, durante la que Massoud se entretenía construyendo juguetes impulsados por la fuerza del viento, llevaron al joven emigrado a desarrollar el Mine Kafon, como parte del proyecto final de su carrera en la Academia de Diseño Eindhoven. El enorme interés suscitado por el dispositivo, le llevó luego, en 2013, a crear junto a su hermano el estudio Hassani Design BV, donde se estableció también un Laboratorio de Investigación y Desarrollo en el que se diseñan soluciones sostenibles para problemas ambientales y sociales, justamente como aquel que dio origen al propio Mine Kafon: la guerra.
Las minas terrestres
Según los datos presentados por los desarrolladores, existen más de 100 millones de minas terrestres en todo el mundo y cada día, 10 civiles inocentes mueren o resultan mutilados por estos explosivos. En la actualidad, aún es posible encontrar minas en más de 60 países. Un riesgo significativo para las comunidades de todo el mundo. En estos estados, las víctimas son mayormente civiles inocentes (niños, mujeres y ancianos). La ONU estima que el costo de remover una mina terrestre es hasta 50 veces el costo de su producción, y su remoción tiene además un importante costo humano (aproximadamente un especialista muerto y dos heridos por cada 5.000 minas desactivadas). Mientras que el Mine Kafon Drone es hasta 20 veces más rápido que las tecnologías de desminado tradicionales, más seguro y puede ser hasta 200 veces más barato.
Mine Kafon
Las minas terrestres pueden permanecer inactivas durante décadas hasta que algo dispare su detonación: se pueden activar por presión, señal de radio o incluso por la proximidad de una persona dentro de una distancia predeterminada. Debido a que nadie controla esta detonación, se las suele denominar “armas activadas por las víctimas”. Las minas no están dirigidas a un objetivo específico, sino que pueden matar o herir indiscriminadamente a cualquiera. Por este motivo, el dispositivo original Mine Kafon fue diseñado del tamaño y peso de un hombre promedio, para lograr detonar las minas que se encuentren en su recorrido. El aparato posee un núcleo de hierro de 17 kilos, rodeado por decenas de “patas” de bambú, en cuyas puntas tienen «pies» de plástico redondo, que actúan como un mecanismo de suspensión y le permiten rodar sobre lomas, baches u otros obstáculos. Además, el dispositivo está equipado con un GPS que mapea la ruta transitada para registrar caminos “seguros” (libres de minas) por donde Mine Kafon ha pasado.
Mine Kafon Drone, extensiones robóticas
Después del lanzamiento de aquel exitoso prototipo, los diseñadores estaban listos para avanzar con una versión tecnológicamente más evolucionada y basada en el drone: el Mine Kafon Drone. Se trata de un sistema de desminado aerotransportado. El Mine Kafon Drone sobrevuela áreas peligrosas para localizar, detectar y detonar las minas terrestres desde una distancia segura. El drone funciona de forma autónoma con tres extensiones robóticas intercambiables separadas y es capaz de eliminar los explosivos terrestres en tres simples pasos: 1) Cartografía aérea 3D para identificar todas las áreas peligrosas con waypoints GPS; 2) Detección a través de un brazo de metal robótico que se ubica aproximadamente a cuatro centímetros del suelo, para reconocer las minas; y 3) Y la destrucción del explosivo.
El futuro de los drones anti-minas
Los diseñadores del drone anti-minas afirman que con las tecnologías actuales, eliminar los explosivos del mundo entero llevaría más de 1100 años, mientras que utilizando los Mine Kafon Drone sería posible hacerlo en tan sólo 10 años. Dispuestos a llevar adelante su proyecto, los creativos iniciaron en Julio de 2016 una campaña de crowdfunding en Kickstarter, con la que recaudaron más de 177 mil euros. Un guiño positivo para los hermanos Hassani, que siguen apostando por la tecnología y el diseño para salvar vidas.