Por unos puertos limpios
Producto estrella de la startup que lleva su mismo nombre, Seabin es un colector y contenedor de residuos marítimos diseñado para puertos, muelles y clubes náuticos. Pero este producto es sólo una parte del proyecto Seabin, cuyo objetivo final es acabar definitivamente con la contaminación oceánica.
El funcionamiento de Seabin es sencillo: el dispositivo se mueve hacia arriba y hacia abajo, siguiendo el movimiento del oleaje, mientras que una bomba de agua succiona toda la basura flotante. Los desechos quedan así atrapados en una bolsa de retención ubicada dentro del dispositivo —para que luego sean descartados correctamente— y el agua limpia es devuelta al medio ambiente.
Seabin no sólo permite capturar basura, sino también desechos líquidos, como aceites, combustible y detergente. El dispositivo es alimentado con bombas de agua sumergibles pero tiene el potencial de funcionar también con energías alternativas como la eólica, la undimotriz (generada por el movimiento de las olas) o la solar, dependiendo de las tecnologías disponibles.
Prototipo en Mallorca
Seabin V (V5), la quinta y última versión diseñada del producto, ha sido optimizada para que pueda ser utilizada tanto en muelles fijos como flotantes. El V5 está hecho de plástico de polietileno, pero el objetivo final es crear Seabins reciclando el propio plástico capturado. Seabin comenzará a producirse este verano, superada la actual etapa de testeo. Recientemente, Port Adriano (Mallorca) ha sido el primer puerto en España en instalar el prototipo para ponerlo a prueba.
El proyecto y sus creadores
Los fundadores de la firma Seabin son dos australianos residentes en Palma de Mallorca: Andrew Turton, un marinero con toda una vida dedicada al océano, que fue quien primero tuvo la idea del recolector de basura, y Pete Ceglinski, diseñador de productos y constructor de barcos, que es quien actualmente ocupa el cargo de director general de la empresa.
Si bien el recolector Seabin es el producto estrella del proyecto, la iniciativa global es parte de una batalla mucho mayor contra la contaminación del océano, problemática cuya verdadera solución —destacan los diseñadores del producto— sólo podrá venir de la mano de la concienciación y la educación.
Por eso, el proyecto Seabin utiliza un enfoque de tres vías para atacar este problema: no sólo produce el dispositivo Seabin, sino que también impulsa paralelamente toda una campaña de educación e investigación, tendiente a acabar con la problemática de raíz.
Investigación, innovación y conocimiento
Desde el uso de energía renovable hasta el reciclaje de los plásticos capturados para la fabricación de los Seabins, existe una gran parte del proyecto dedicada a la investigación e innovación para ubicarse a la vanguardia en el desarrollo de nuevas tecnologías.
En asociación con líderes de la industria, universidades y grupos ambientalistas de distintas partes del mundo, el equipo de Seabin quiere desarrollar nuevas tecnologías que permitan que los próximos modelos del dispositivo puedan adaptarse a las últimas tendencias, para salir del muelle y entrar en las aguas.
El programa embajador mundial (GAP)
El GAP es un manual instructivo con lecciones adecuadas a la etapa escolar, para que en las instituciones educativas se aprenda más sobre el problema de la basura oceánica. En él se pueden encontrar desde información y recopilación de datos hasta actividades sobre cómo diseñar y construir productos y tecnología.
“El tema de la basura marina tendrá que ser abordado también por las generaciones por venir y, por lo tanto, necesitamos proporcionar el conocimiento, las herramientas y las capacidades a los tomadores de decisiones del futuro, nuestros niños. La educación es el primer paso hacia soluciones duraderas y efectivas”, explican los creadores de Seabin en su página web. Así, por paradójico que parezca, en el largo plazo, el verdadero objetivo de estos idealistas emprendedores no es vender cada vez más de sus productos sino, por el contrario, que no haga falta nunca más fabricar productos como el Seabin.