La columna de Teresa Jular: Me gustan mis clientes
Soy persona privilegiada en todo lo relativo a mi educación. Mi madre me regaló, como poco, el amor a la lengua y la cultura francesas, y mi padre me enseñó a mirar el color y las formas y ver en ellos. Doy fe de que dos hijas de profesora y artista pueden crecer sanas y fuertes en León, conviviendo con el despotismo ilustrado, el expresionismo abstracto y el olor a aguarrás.