Toda intervención del diseño, y sobre todo en el territorio vivencial de la ciudad, repercute en un cambio de conducta de sus habitantes que cohesiona con el tiempo una renovada forma de cultura urbana. El proyecto San José Posible propuesto en la primera mitad de la década pasada (2004-2006), procuró recuperar la “habitabilidad” de la ciudad de San José, capital de Costa Rica. Hoy, se tiene el tiempo y la distancia necesaria para observar sus frutos.
Ya conversamos, en un primer acercamiento al pensamiento y bagaje teórico del diseñador industrial y docente Franklin Hernández-Castro*, cuando presentamos sus libros publicados en el país y el extranjero. Hoy quisiera focalizar su experiencia de crear una impresionante tenso-estructura para la ciudad de Schwäbisch Gmünd, Alemania, con todo y lo que implica proyectar en esas dimensiones para el espacio urbano.
Que Andrés Cañas Barahona sea arquitecto, diseñador y artista, no es ninguna casualidad, en tanto proviene de una familia de escritores, arquitectos, y artistas muy distinguidos en el país.
Cuando salimos de casa cada mañana, empezamos a meternos cosas en los bolsillos o en el bolso, que van desde el teléfono móvil hasta un bolígrafo. Cada uno carga con los enseres que considera elementales. La gente se mueve diariamente por la ciudad con un montón de cosas encima y esta movilidad urbana influye inevitablemente sobre el diseño de nuevos objetos.
