Escribía Pessoa que «el portugués, en su inconsciente, puede definirse, con razonable aproximación, por tres características: el predominio de la imaginación sobre la inteligencia, el predominio de la emoción sobre la pasión y la instintiva adaptabilidad». Esta definición surgía, en el pensamiento de Pessoa, del constatar la capacidad portuguesa para «obtener la proporción fuera de la ley, en libertad, con ansia, lejos de la presión del Estado y de la sociedad».