Internacionalizar el diseño de un país, otorgarle visibilidad y legitimarlo, necesita de muchos actores, abrir puertas y ventanas, gestar relaciones horizontales, comerciales, saber mercadear. El turista, principal fuente de divisas de Costa Rica, lo que compra por lo general son carretitas folclóricas, camisetas alegóricas, artesanías de poca calidad o reproducciones del oro precolombino; no adquieren piezas de factura, ni productos de buen diseño.
Ser diseñador en España, a principios de los setenta, era sin duda un atrevimiento sólo reservado a aquellos capaces de renunciar a cualquier tipo de estabilidad laboral o reconocimiento social, y dispuestos a asumir las penurias económicas que sin duda les esperaban.
El concurso de diseño de packaging Pentawards elige como ganador el proyecto de la agencia japonesa ADK para la firma cosmética Hoyu. Por su parte, Eduardo del Fraile logra el Pentawards Platinum por las botellas de vino Lascala, donde tradición española y china se encuentran en una acertada representación gráfica.
Incluido en la campaña de comunicación de Ikea, se publica Homemade is best (Hembakat är Bäst), un libro de recetas donde los ingredientes, y sus fotografías-retrato, son los protagonistas.
China es un hervidero de diseño gráfico. Mientras los ordenadores transforman la vasta tradición caligráfica, cada punto de referencia refuerza su identidad. El carácter occidentalizante de Hong Kong, el tradicionalista de Pekín y el mestizo de Macao conviven con la emergencia de Shanghai y Guangzhou.
La obra de Kiko Farkas, uno de los diseñadores gráficos más activos de Brasil, logra congelar las ideas incorpóreas presentes en el proceso de creación por medio de la fluidez rítmica, sin quitarles su fuerza o determinar el significado excesivamente.
La obra del diseñador gráfico Leonardo Sonnoli (Trieste, 1962) rezuma valiosas dosis de conocimiento. Una reconocida trayectoria que además de referirse a sus raíces se desarrolla alrededor de criterios de cultura. «Cuantos más conocimientos tienes, más libre eres para generar ideas».
Para Reza Abedini, 2005 no pudo empezar mejor. Ha ganado un Gold Award en la trienal del póster de Hong Kong, una de las numerosas muestras de pósters que actualmente animan el panorama del diseño gráfico en extremo oriente (desde Tokyo a Pekín, pasando por Taipei), franqueando la entrada a culturas visuales procedentes del otro lado de la frontera (o, mejor dicho, de las fronteras).