Diseño teenager

De un tiempo a esta parte, me fijo por la calle en niños y niñas a los que, si les sacase el maquillaje, la ropa de última moda y les pusiese un poquito más de humildad encima no les echaría más de 8-12 años. Mismo para ir a la playa o a patinar con las amigas, recuerdo que nosotras a esas edades (y eso no fue hace tanto) poníamos cualquier trapo y ellos ahora no descuidan detalle en el estilismo. Desde luego, puedo asegurar que los niños en mi época de cole no se arreglaban tanto para ir a clase.

La era del individualismo

Paradójicamente, en pleno apogeo de las redes sociales, y dentro de un mundo cada vez más globalizado, por lo visto las personas tendemos más al aislamiento. Según un reciente estudio de una universidad californiana, en la que analizaban los efectos del individuo dentro de grupos sociales, la convivencia en el grupo aumenta la singularidad individual.

Adornar o no adornar

El ornamento es algo que ha sido revisado constantemente a lo largo y ancho de la historia del diseño. Uno de sus más fervientes enemigos fue Adolf Loos, arquitecto austriaco nacido en 1870 cuyo libro “Ornamento y delito” es un hito dentro de la cultura proyectual. En su obra, afirmaba que “como el ornamento no está unido orgánicamente a nuestra cultura, tampoco es una extensión de ella”, o que “el ornamento significa fuerza de trabajo desperdiciada y material profanado”.

Atemporal

Existen objetos con cualidades casi “mágicas” que perduran en el tiempo a pesar de todo. Son atemporales. Sobreviven, como mucho, con un pequeñísimo restyling. Se vendieron, se venden y se seguirán vendiendo. Son eslabones imprescindibles dentro de la cadena de la cultura y del contexto histórico.

Museo y producto

Marcar las diferencias entre arte y diseño siempre ha sido un tema controvertido. Ha dado para largos debates a lo largo de la historia y para unas cuantas publicaciones literarias. Parece que a día de hoy, es un tema que está más que zanjado y definido, pero en muchos casos se ve una confusión bastante generalizada.

Objetos sin alma

En la búsqueda ininterrumpida a lo largo de nuestra vida de un lugar propio, encontramos por el camino un sinfín de sitios donde, puntualmente, nos sentimos a gusto. A veces una caña bien tirada, el buen trato de un peluquero, o el consejo de un camarero para ayudarnos a elegir vino pueden conseguir no solo que nos sintamos a gusto, sino fidelizar clientela. Sin embargo, cada vez se ven más establecimientos y grandes superficies donde se venden zapatos amontonados o libros a granel.

¿Está todo inventado?

Son muchos los que afirman que tratan de vendernos cosas que no necesitamos. Sin embargo, creo que somos los consumidores los que compramos esas cosas supuestamente innecesarias. Es responsabilidad de cada uno ser consecuente con esas compras porque, innecesario o no, si algo está en el mercado es porque hay gente que lo compra.

Diseño digital

En pleno período 2.0. en el que pocas cosas se desarrollan ya sin que un ordenador esté de por medio, se llega a abusar demasiado de su uso. En el caso del diseño está claro que en el ordenador todo queda bien, todo es posible y se puede dar vida virtual a las formas más inverosímiles. Así se peca de que a veces hay formas, pero no ideas.

20 kg.

Cuando tenemos que hacer un viaje y nos disponemos a hacer la maleta, la elección de los enseres necesarios para nuestro periplo nunca es fácil, porque 20 kg. tampoco dan para tanto. Eso si facturas, si solo llevas equipaje de mano los "porsiacasos" ya quedan totalmente descartados al momento. Lo curioso es que es muy habitual olvidarse el cepillo de dientes o el cargador del móvil, pero jamás las cosas más innecesarias que terminan por no salir nunca de la maleta.