La columna de Luis Montero: Utop.IA
Firmé el Acuerdo de Confidencialidad y se lo devolví. Sonrió. Creo que yo hice lo propio. Se tomó unos segundos y empezó a hablar. Se trataba de un problema con dos IAs, una llamada K-Ross, Jamison la otra. Eran las dos inteligencias más avanzadas que nunca había desarrollado la compañía. Habían demostrado unas capacidades muy por encima de lo esperado. La gran esperanza de la corporación. Un éxito absoluto.