Silepsis

Juventudes tradicionales, revoluciones muertas en pos de un futuro mejor. Temidos evangelistas de la nueva religión de la innovación.

La mejor villanía, para la aspirante a “nueva” Burguesía.

No se escuchan gritos. Hay que callar cuando hablan los guardianes de la verdad, informan a todos de sus planes para ese futuro, que acatemos bajo un sí señor. Todo bien trazado con el soporte de alguna compañía o “iniciativa”, dueto bailado de antemano.

Sinécdoque

No hay más culpables que nosotros mismos.

Vemos los problemas a nuestro alrededor, envolviéndonos, haciéndose más grandes, creciendo.

Tratamos de nombrarlos, tratamos de encerrarlos y acotarlos para solucionarlos. Buscamos culpables en todas partes, en los demás, creamos abstracciones. Defendemos una cultura que nunca ha salvado a nadie del hambre y de la preocupación de vivir mejor (1), con uñas y dientes; a toda costa y a todo costo.

Anagrama

No soy más que la suma de mis experiencias, de mis recuerdos, de mis escritos, de mis pasados, de mis presentes, de mis proyectos, de mis suspensos, de mis éxitos y por encima de todo de mis ideas. Todas esas ideas tienen consecuencias (1) ; soy las consecuencias de mis ideas, de la misma manera que de las ideas de otros. Así mismo algunas ideas son las consecuencias que hemos tenido para el futuro.