La columna de Eugenio Vega en Experimenta

La columna de Eugenio Vega: La cegadora luz de la desesperanza

“No solo los trabajadores de la Unión Soviética, sino la clase obrera de todo el mundo, tienen un papel que desempeñar en estos tremendos logros. […] Los ataques contra la Unión Soviética aumentan cada día en número e intensidad. Las potencias capitalistas se valen de una excusa tras otra para declarar la guerra al estado soviético. La clase obrera debe responder con una solidaridad inquebrantable” (Grace Hutchins, Labor Defender, 1930).

I

En 1932, la desesperación, el hambre y la pobreza provocados por la Gran Depresión llevó a los veteranos de la Primera Guerra Mundial a iniciar una marcha sobre Washington para reclamar un bono que debían cobrar en 1945, única forma de obtener algún dinero para sobrevivir. El Bonus Army, como se dio en llamar a esta suerte de ejército de la miseria (formado por cerca de 14.000 veteranos) ocupó la capital federal e hizo de ella una autentica Hooverville, una colonia de viviendas, construidas con chapas y cartones, que recibía ese nombre en recuerdo del presidente Herbert Hoover. Contra el más común de los sentidos, el general MacArthur envió cuatro pelotones de caballería y una columna de infantería (con seis tanques) que prendieron fuego a las chozas, acribillaron a tiros a dos adultos y causaron la muerte de un niño por el uso de gases lacrimógenos (Karel, 2009).

En sus memorias, el entonces presidente Hoover llegó a afirmar “que la marcha fue organizada y dirigida en gran medida por comunistas” (Hoover, 1952, 230). Aunque esa afirmación no fuera del todo cierta, no hay duda de que muchos movimientos de protesta en los primeros años de la crisis estuvieron respaldados por el Partido Comunista, una organización relativamente consistente entonces que aprovechaba la favorable imagen de la Unión Soviética en Estados Unidos (Yarvin, 2025). A principios de 1939 una encuesta preguntó a los norteamericanos quién querría que venciera en caso de un conflicto entre el Tercer Reich y la Unión Soviética: el 83% de los encuestados afirmaron que preferían la victoria de los rusos, mientras el 17% mostraron su inclinación por Alemania (Miller, 1989, 283). 

“Esa declaración de simpatía, o al menos de preferencia, hacia el centro neurálgico de la revolución mundial en un país fuertemente anticomunista, con una economía de corte claramente capitalista, es una anomalía, tanto más cuanto que todo el mundo reconocía que en ese momento la tiranía estalinista impuesta en la URSS estaba en su peor momento (Hobsbawm, 1994, 148).

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Cubierta de la revista Labor Defender aparecida en mayo de 1930. En la cubierta, un gran titular: Defend the Soviet Union! (¡Defended la Unión Soviética). Marxist Internet Archive (CC BY-SA 2.0).

II

En aquel ambiente de agitación política y propaganda proliferaron un gran número de revistas tanto de izquierdas como de derechas poco inclinadas a la moderación. Todas ellas hacían un gran uso de las imágenes, pero casi ninguna se interesaba por las innovaciones en el diseño que impulsaron las vanguardias europeas. Solo a partir de la llegada de los exiliados alemanes, los principios del formalismo tuvieron alguna influencia en esa tierra prometida (cuna de la civilización) que es América. Hasta entonces, pudieron sobrevivir sin asumir los principios de la modernidad. 

La revista Social Justice, del sacerdote canadiense Charles Coughlin, contribuyó a difundir su rechazo a Roosevelt con tanta intensidad como lo hacía en sus charlas radiofónicas. Coughlin llegó a tener su propia emisora cuando la CBS lo despidió, alarmada por el tono incendiario que mantenía en sus intervenciones. A través de sus sermones radiofónicos, que alcanzaron una audiencia de cerca de treinta millones de personas, atacaba a quienes consideraba “enemigos de América”. Aunque Coughlin había apoyado a Roosevelt en las elecciones de 1932, pocos años después consideraba que el presidente estaba destruyendo Estados Unidos al rodearse de personas que no amaban el país (Warren, 1996).

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Un hombre reparte Social Justice, el periódico del padre Coughlin el 28 de junio de 1939, el día en que se cumplían veinte años de la firma del Tratado de Versalles. Fotografía de Dorothea Lange para la Farm Security Administration, US Library of Congress.

Pero la Administración Roosevelt utilizó también la propaganda para promover los programas del New Deal que pretendían reactivar la economía y transformar el país. La gran labor emprendida por la Farm Security Administration para documentar la realidad de Estados Unidos fue una obra de ingeniería social de gran envergadura. Para Bernard Gazier, para el New Deal la tragedia se convirtió en un intenso relato no siempre fundamentado en los hechos. Los campesinos se habían arruinado mucho antes de la Gran Depresión a causa de otros desastres como la sobreexplotación del suelo y las sequías. En su opinión, “hay en esas fotografías una mezcla de miseria y dignidad que dan forma a una escenificación concebida para justificar las iniciativas del New Deal” (Gazier, 2009).

III

La desesperación de millones de personas que vivían en la más absoluta miseria alimentó la aparición de movimientos de protesta contra el desempleo, los bajos salarios y las duras condiciones laborales. Muchos artistas, fotógrafos e ilustradores se ocuparon de mostrar la situación de las familias de los parados y se unieron a grupos relacionados con la izquierda radical que pedían un sistema de protección social capaz de paliar la pobreza entre los más desfavorecidos.

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Doble página de Comrade Gulliver, libro escrito e ilustrado por Hugo Geller (nacido Hugó Grünbaum), 1935. En el texto puede leerse: All these honest people are gamblers. They are out to take the shirt off each other’s back (Toda esta gente honesta no son más que jugadores. Están decididos a quitarse la camisa unos a otros).

Revistas como New Masses o Labor Defender difundían ideas cercanas a posiciones comunistas. Aunque en su mayoría fueron creadas en los años de la Gran Depresión estaban vinculadas a una tradición iniciada a principios de siglo por The Masses o The Liberator, herederas en gran medida del Arts and Crafts y del grabado en madera (Heller, 2020). Pero, por el contrario, las revistas de los años treinta se caracterizaban por la constante presencia de la fotografía y la impresión en huecograbado (entonces en auge) que permitía una mejor reproducción de las imágenes de tono continuo. 

Nueva York albergaba una comunidad judía con inclinaciones izquierdistas con sus propios órganos de expresión. Der Hammer (El Martillo), una revista en alemán, publicaba caricaturas de William Gropper, un artista de origen eslavo que contribuyó a forjar un estilo gráfico de fácil aceptación que encajaba en esa retórica política. Para artistas como Gropper, las ilustraciones permitían llegar a un público más numeroso, distinto al que visitaba los museos y las galerías de arte (Liscia, 2022).

New Masses, una de las revistas más destacadas, incluyó más imágenes que cualquier otra. Además de caricaturas políticas, reprodujo grabados y pinturas propias del realismo social cuyos temas coincidían con la línea editorial de la revista. Una portada de Jacob Burck mostraba a un supuesto capitalista (con su abultado vientre) mientras se preparaba para comerse un filete y beberse un Martini. La asociación entre capitalismo y glotonería era por entonces un lugar común (Rudnick, 2023).

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Doble página de la revista New Masses, 12 de febrero de 1935. Marxist Internet Archive (CC BY-SA 2.0).

Por su parte, Labor Defender hizo un uso frecuente de la fotografía y mostró un desdén absoluto por las preocupaciones formales de la vanguardia europea. A partir del verano de 1936 dedicó mucho espacio a la guerra civil española con artículos de opinión y extensos reportajes ilustrados con fotografías y dibujos. Pero, en todos los años en que estuvo en activo, su defensa de los logros sociales de la Unión Soviética (y de sus prácticas políticas) fue tan firme como las convicciones de sus redactores. 

IV

Cuando en 1970,  David King, por entonces editor del Sunday Times Magazine, visitó por primera vez Moscú quedó sorprendido por la imposibilidad de encontrar nada sobre Trotski, desaparecido de la historia oficial desde hacia casi medio siglo. A partir de entonces, King abordó el desafío de reconstruir la crónica visual de la Unión Soviética, oculta tras la propaganda y el olvido (King, 2010, 12). 

“Mi trabajo comenzó muchas veces, en los sótanos oscuros y húmedos de las librerías de viejo de todo el mundo, donde permanecían olvidadas grandes cantidades de fotografías, libros y revistas enviados a países occidentales por la Komintern en los años veinte” (King, 2013). 

En 2003, King publicó Ordinary Citizens: The Victims of Stalin (Ciudadanos corrientes: las víctimas de Stalin), un libro que dio pie a diversas exposiciones, una de ellas en España. Constaba de más de cien fotografías extraídas de los archivos de la NKVD (la policía política) durante los años de Stalin, ya fueran detenidos sin motivo o culpables de algún delito “contra el Estado”. Entre los retratados había de todo: artistas, trabajadores, docentes, amas de casa, héroes de la Unión Soviética e, incluso, algunos policías. La mayoría de las fotos fueron hechas en Lubianka (la sede de la NKVD en Moscú) y, al contrario que las fichas policiales de los países occidentales, todas ellas se realizaron con luz natural (King, 2003).

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De izquierda a derecha, Konstantin Kurochkin, ejecutado el 24 de septiembre de 1930; Yevgeny Polyakov, ejecutado el 22 de agosto de 1933; Alisa Venglosh, ejecutada 16 de agosto de 1937 y Tamara Litsinskaya, ejecutada el 25 de agosto de 1937. Archivos de la NKVD.

Referencias

Gazier, Bernard (2009) Intervención en Karel, William La crise. Arte & Roche Productions.

Geller, Hugo (1930) Comrade Gulliver. Nueva York, GP Putnam’s Sons, disponible en https://archive.org/details/comradgulliveril00gell/mode/2up?ref=ol

Heller, Steven (2020) “America Before it Was Great Again”, en Print, 19 de agosto de 2020.

Hobsbawm, Eric J. (1994) Historia del siglo XX. Barcelona, Crítica.

Hoover, Herbert (1952) The Memoirs of Herbert Hoover. The Great Depression 1929-1941. Nueva York. The Macmillan Company.

Karel, William (2009) 1929, La crise. Arte & Roche Productions.

King, David (2003) Ordinary Citizens: The Victims of Stalin. Londres, Francis Boutle Publishers.

King, David (2003) The Comisssar returns. Museo Gulad.

King, David (201) Red Star Over Russia. Londres, Tate.

Liscia, Valentina di (2022) “William Gropper’s incisive Cartoons in iefense of the New Deal iook familiar today”, en Hyperallergic, 24 de enero de 2022.

Miller, James Edward (1989) “Roughhouse diplomacy: the United States confronts Italian Communism 1945-1958”, en Storia delle relazioni internazionali, 1989/2.

Rudnick, Allison (2023) “The Art of the Great Depression”, en Perspectives. Nueva York, The Metropolitan Museum of Art, disponible en https://www.metmuseum.org/perspectives/the-art-of-the-great-depression

Warren, Donald (1996) Radio Priest: Charles Coughlin The Father of Hate Radio. Nueva York, The Free Press. 

Yarvin, Curtis (2025) Entrevista con Gilles Gressani y Mathéo Malik en Le Grand Continent, 5 de abril de 2025.

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