Eugenio Vega es doctor en Bellas Artes y doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. Ha sido profesor de Artes Plásticas y Diseño en la Escuela de Arte 10 de Madrid, y profesor asociado en la Facultad de Bellas Artes de la UCM. En la actualidad es presidente de la Confederación de Escuelas de Artes Plásticas y Diseño. Tras sus estudios de licenciatura inició su actividad en el mundo editorial y en el diseño audiovisual como diseñador en televisión. Eran los años de las innovaciones tecnológicas que hicieron de los ordenadores la principal herramienta para la práctica del diseño.
Como docente ha impartido todo tipo de asignaturas, algunas de ellas con más entusiasmo que sabiduría. La enseñanza puede ser un instrumento para aprender y comprender problemas que exceden el ámbito del diseño. En realidad, enseñar es algo más que proporcionar información, es, ante todo, una ocasión para construir pequeñas comunidades fundadas en el intercambio de conocimientos y en el debate más abierto. Como director de un centro de enseñanza durante muchos años, comprendí la importancia que la organización y los métodos tienen en aspectos tan concretos como lo que sucede en las aulas en un tiempo de grandes cambios y transformaciones.
Con los años, su visión del diseño se ha alejado más de las consideraciones relativas a su práctica para interesarse por sus consecuencias. Desde hace unos años comenzó la tarea de traducir algunos de los libros más interesantes que sobre diseño se han escrito en los últimos años, con la esperanza de aprovechar algo de lo que decían.
“El mejor del mundo es Messi; y el segundo mejor, Messi lesionado. Leo nació para jugar al fútbol. Es el primer genio del siglo XXI y sólo nacerán cuatro o cinco más. No pretendamos que nos explique lo que es capaz de hacer, pidámosle que lo haga. […] Es el jugador que le dé la gana ser” (Jorge Valdano, en Mundo Deportivo, jueves 14 de noviembre de 2013).
La guerra a la vulgaridad ha reunido en los claustros docentes a sus más esforzados combatientes. Apartados del mundanal ruido, de las mezquinas exigencias de la vida terrenal, han desarrollado una aguda sensibilidad para percibir la ordinariez que se esconde en el resto de los mortales y denunciarla como corresponde.
“Hemos creado, por primera vez en la historia, un jardín de ideología donde cada trabajador puede permanecer a salvo de la peste de las contradicciones y de las verdades que confunden. Nuestra Unidad del Pensamiento es una arma más poderosa que…
En 2004, en un programa de Telecinco (Tu pantalla amiga), la segunda teniente de alcalde del Ayuntamiento de Madrid, explicaba su postura en ese eterno debate sobre la forma y la función, inagotable para el Movimiento Moderno:
El arquitecto norteamericano Philip Johnson (1906-2005) fue uno de los más famosos del siglo pasado. Su longevidad le permitió practicar la arquitectura como quiso: si en su juventud se empeñó en impulsar el racionalismo, en su vejez se dedicó a construir obras levemente postmodernas como el edificio de la AT&T en Nueva…
De cuantas historias de náufragos (reales e imaginarias) se conocen, sin duda, la más famosa es la publicada en 1719 por Daniel Defoe donde cuenta las peripecias de un tal Robinson Crusoe en una perdida isla del Pacífico. Es interesante comparar esa novela con la triste aventura…
En una guía de la ciudad de Toledo, publicada en 1929, se hacía un encendido elogio a la cortesía de los naturales de la ciudad imperial hacia sus frecuentes visitantes: “la indicación de direcciones de la ciudad es innecesaria [en estas páginas], puesto que los guardias municipales, o cualquier ciudadano (todos amabilísimos), cumplirán gustosos siempre con el deber de decir dónde están situados” los lugares principales (González Simancas, 1929).
No queda mucho para que se cumplan cincuenta años de la demolición del complejo urbanístico de Pruitt Igoe en San Luis (Misuri), uno de los episodios más tristes de la arquitectura social. En 1977, cuando Charles Jencks (que nunca daba una puntada sin hilo) publicó la primera edición de su conocido libro…
“En casi todas las casas se veían lágrimas y se oían lamentos, sobre todo en los primeros tiempos de la pandemia, pues hacia el final los corazones de los hombres estaban tan endurecidos y era tal la costumbre de tener la muerte siempre ante los ojos, que ni siquiera se preocupaban por la pérdida de sus amigos, esperando que a ellos mismos les llegase su hora de un momento a otro”.
El 13 de septiembre de 1970, se celebró por primera vez la maratón de Nueva York. A las once de la mañana de un caluroso domingo (con 26 grados a la sombra), más de cien participantes comenzaron a dar vueltas alrededor de Central Park hasta completar los kilómetros de los que constaba prueba.
